El 2 de febrero, recordábamos como dice
el refrán: «Hasta la Purificación,
navidades son». ¿Por qué digo esto ahora? Porque de lo que voy a escribir es
algo relacionado con la próxima/pasada Navidad, aunque vale para todo tiempo.
Tuve
la suerte de poder participar en
varias actividades durante los días de Navidad en prisión (porque es una suerte
poder hacerlo). Primero porque mi Comunidad de Hijas de la Caridad a la que
pertenezco les parece bien y me apoyan. Segundo o tal vez podría ser primero,
porque la organización de la Pastoral Penitenciaria me lo permite, acepta mi
pequeña colaboración en su abanico de
servicios y actividades en el Centro
Penitenciario. Y tercero, porque el C. P. me
permite formar parte de ese Voluntariado de Justicia y Libertad.
Sí, efectivamente, en Navidad pude
participar, no tanto como me hubiera gustado. Pude participar, digo, en tardes
de canto de Villancicos por y en diferentes módulos (Intérpretes principales, el
Coro de Capellanía, del cual estoy orgullosa, aunque a veces te hace impacientar), reparto de tarjetas navideñas para que
pudieran escribir a sus familiares y amigos así como reparto de turrón. Las
personas, super-agradecidas, emocionadas (son días bien propios de ello).
La visita a uno o dos de los módulos de
mujeres en los que nunca había estado
me interrogó. Sí, cualquier día, las situaciones de las personas
internas, te sorprenden y te llegan al corazón.
Pude participar también en las
diferentes Eucaristías celebradas tanto organizadas para grupos pequeños,
como para un módulo así como en el salón,
para grupos más numerosos, tan numerosos como en cualquiera de nuestras
Parroquias –los locales bien ambientados y decorados, las personas bien
motivadas, el Coro bien atento a que sus cantos estuvieran bien interpretados y
a la altura de las Fiestas que se celebraban NAVIDAD, DÍA 1º DE AÑO, FESTIVIDAD
DE EPIFANÍA O DE LOS REYES MAGOS-.
No todo sale perfecto –somos humanos-
seguro que en una reflexión seria como se hace después de realizadas las
actividades, vemos que hay cosas mejorables, pero tengo que decir que el esfuerzo de la Pastoral
Penitenciaria Diocesana con su director, capellanes y voluntarios en preparar y realizar según
momentos como es concretamente la Navidad así como para la próxima Semana Santa,
lo mismo que las que se realizan ordinariamente es encomiable.
Combinar las actividades y acciones culturales,
recreativas, lúdicas, religioso-celebrativas para tantas personas en los
diferentes módulos y que además no se solapen con otras actividades del Centro,
otras Asociaciones y ONGs, supone un trabajo que no se ve pero se experimenta a
la hora de realizarlas.
Pronto se empezará a preparar el
calendario de la Semana Santa, que seguro será tan bueno como el de Navidad y
que los/as Voluntarios/as estemos atentos cuando nos lo den, para ver y saber
en qué y en cuántas vamos a poder colaborar.
Seguro que algún avance habrá en el
próximo encuentro del Voluntariado en el Puig de Santa María, el sábado 23 de
febrero.
Acudiendo a las reuniones nos enteramos de
la marcha de esta Pastoral; al enterarnos nos programamos los momentos en los
que podemos colaborar y todo resulta bien.
Un
saludo a todos los que leáis este
articulito seáis o no Voluntarios/as.
Hna.
Consuelo, Hija de la Caridad
Voluntaria
en el Área Religiosa y Social del SEPVAL
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