jueves, 31 de marzo de 2011

EXPERIENCIA DE DESIERTO 26 de marzo de 2011

    En este tiempo de Cuaresma hemos realizado una Experiencia de Desierto (o Retiro) para el Voluntariado de Pastoral Penitenciaria en el Monasterio de Santa María de El Puig, regentado por los PP. Mercedarios, custodios, desde tiempos del Rey Jaume I, de la imagen de la Mare de Déu del Puig, patrona del Regne de València.

Una breve oración preparada por el P. Manolo Matute y acompañándole con instrumentos musicales el P. Josep Pérez abrió la jornada de reflexión y fraternidad. El P. Mariano Moragues hizo de guía en el Desierto y preparó las diferentes dinámicas. Los PP. Ximo y Javier se encargaron de la infraestructura y comida.

Comenzamos con un momento de desierto, en silencio e individualmente, con el telón de fondo, el desierto de Jesús y las Bienaventuranzas. Se pidió que escribieran una carta a Dios contándole su experiencia con los privados de libertad.

Después, al igual que Jesús regresa del desierto con hambre y sed, teniendo que comer y beber algo («los ángeles le servían»), tuvimos un descanso para comer unas galletas y beber algo de refrigerio.

A continuación, en grupos de unos siete voluntarios, cada uno contaba lo que quería de su experiencia en el voluntariado, con la escucha y respeto por parte de los demás.






        Como premio a la labor tan específica y delicada que los voluntarios realizan tanto dentro como fuera del ámbito Penitenciario, fuimos juntos a comer una exquisita paella en el Huerto de Santa María. Agradecemos a su dueño, Pepe, la acogida y su colaboración con esta Pastoral.

Por la tarde realizamos primero una dinámica: «Las muletas». Una historia sin final. Cada grupo tenía que buscar un final a la propuesta. Acabamos el día con una celebración de la Palabra con el telón de fondo del envío de los 72 discípulos y poniendo ante el Señor lo reflexionado y vivido durante el día.

Asistieron 50 voluntarios y se creó un ambiente de cercanía y de poder hablar entre ellos de su vida espiritual desde la experiencia de los privados de libertad.

Agradecemos al P. Francisco Marzo, mercedario, Prior del Monasterio del Puig el que nos dejase utilizar parte de las instalaciones del extraordinario Monasterio que dirige, así como la acogida por parte de toda la comunidad mercedaria que vive allí, facilitándonos todo lo necesario para el buen desarrollo de nuestra convivencia. También agradecemos la cercanía en la oración de D. Enrique Benavent, Obispo auxiliar de Valencia.

P. Mariano Moragues, jesuita, capellán y
Coordinador del Área Religiosa de la Pastoral Penitenciaria.




miércoles, 30 de marzo de 2011

XIII Jornadas Nacionales del Área Social de Pastoral Penitenciaria

A todos y cada uno queremos compartirles la maravillosa experiencia del encuentro con los profesionales, capellanes y voluntarios que con motivo de las XIII JORNADAS NACIONALES DEL ÁREA SOCIAL DE PASTORAL PENITENCIARIA hemos tenido en Madrid los días 5 y 6 de Marzo, con el tema: Exclusión – inclusión social.

Desde el momento de la llegada a la Sede del Encuentro, casa de las Religiosas Franciscanas Misioneras, fuera de la hora determinada, era las 10 de la noche, nos recibieron con mucho cariño y sirvieron una cena buenísima y pudimos compartir con otros voluntarios que también se les había hecho demasiado tarde. La atención todos los días fue excelente y la alimentación variada y exquisita, así como las habitaciones, salas y capilla, muy acogedoras.

El día 5 nos levantamos, tuvimos Laudes, Eucaristía, tiempo para meditar y después del desayuno llegaron muchos de los participantes del Encuentro que no se hospedaban en esta casa. La acogida, entrega de material y presentación hizo que pudiéramos captar con cuanto amor y entrega estaban preparadas estas Jornadas, así que todo transcurrió con mucho orden, responsabilidad, libertad y fraternidad. También el día 6 fue maravilloso.

En el tema de LA EXCLUSIÓN SOCIAL HOY fue maravilloso poder escuchar las diferentes clases de pobreza, que no es solo carencia de dinero, sino de valores, lugares de nacimiento, ambientes que de por si, ya excluyen a las personas que nacen o viven en esas zonas.

Muy interesantes las estadísticas para poder comprender mejor lo que lleva a la exclusión, a las realidades que viven muchos de nuestros hermanos desde la familia, vivienda, relaciones sociales, trabajo, salud, enfermedades mentales...

Desde CÁRITAS, ONGS, PASTORAL PENITENCIARIA, etc, para hacer una buena inclusión se requiere educación en valores: autoestima, como se ven y como les ven otros, superar diferencias de sexo, discriminación: españoles inmigrantes, mujeres, hombres, vulnerabilidad. Dar respuesta a las necesidades : programas que responden a los proyectos, teniendo en cuenta que es a las personas a las que hay que ayudar No imponerles, preguntarles. Los excluidos son los sin derechos. Persona: mujer, inmigrante, discapacitado, drogadicto, etc.

Dentro de los estamentos penitenciarios ser muy prudentes, respetuosos, unos son culpables, otros son inocentes, saber hasta donde llegar y se les puede complacer, saber decir de forma educada y respetuosa ¡ no!. Llamarles por su nombre, conocer sus historias, vivir en plenitud el Evangelio, PORQUE ESTUVE EN LA CÁRCEL Y VINISTE A VISITARME. Los Voluntarios tenemos una misión muy concreta. Ayudarles a rehacer sus vidas y en los permisos poder brindarles confianza, seguridad, estabilidad emocional….No juzgarles, ayudarles a ser ellos mismos. Todo esto en equipo con los profesionales: psicólogos, trabajadores sociales, animadores espirituales.

Conchita Cabanes, religiosa trinitaria, voluntaria 

miércoles, 23 de marzo de 2011

¡Bienvenid@s!

A tod@s los que visitéis este espacio de información, de reflexión, de compartir, os damos la BIEN-venida. Eso esperamos, que el 'venir' a este lugar sea para BIEN; para bien de todas las personas que sufren en sus vidas la Pasión de Cristo: los presos, sus familias, las víctimas, los enfermos mentales, los extranjeros... 

El Secretariado Diocesano de Pastoral Penitenciaria abre este blog para ayudar a la comunicación entre todos los voluntarios y capellanes que formamos esta Pastoral de Justicia y Libertad de la Diócesis de Valencia. Rondamos las 140 personas. Es también ventana para dar a conocer esta acción de Iglesia a la diócesis y sociedad en la que vivimos. Hay muchos mitos sobre la prisión, sobre las personas que viven allá, los trabajadores, que intentaremos desmitificar.

Quiere ser un espacio para levantar 'la voz de los sin voz'. No todo son noticias malas; no todo es reincidencia, delitos, malos tragos... Existe la posibilidad del cambio, la mediación, el perdón, la justicia que restaura a las personas haciéndolas más valientes, maduras, respetuosas.

Que sirva para la prevención: hoy día, tal como tenemos el sistema penal, y tal como se gobierna a base de prohibiciones, todo ciudadano es un preso en potencia. Se acabaron las clases sociales marginales, los barrios típicos donde salían los presos comunes... Cualquiera puede tener un mal día, un mal momento y ahí te juegas tu futuro. El perfil del preso va cambiando y debemos estar prevenidos, alertados, concienciados.

Por último, pretendemos con este espacio internáutico abrir las puertas de nuestra Iglesia diocesana y de la misma sociedad civil a las personas que pasaron por la cárcel (tenemos la prisión más grande de España, un C.I.S. y varias unidades dependientes del mismo), por un centro de internamiento menores (son 4 centros en nuestra diócesis), por un centro de internamiento de extranjeros (tenemos uno en precarias condiciones), por un calabozo de comisaría (demasiados espacios de dolor, de impotencia, de ansiedad)... Estas experiencias marcan a la persona y dejan huella. Que encuentren en nosotros una palabra de esperanza, de consuelo, de aliento, de acogida (reinserción).

Que nos ayude en estos propósitos Cristo Redentor, el mismo que en sus carnes vivió y experimentó lo que hoy día muchos hombres y mujeres experimentan en estos ámbitos de privación de libertad. Y que no nos falte el amparo de nuestra Madre de Merced, protectora de cautivos y redentores del siglo XXI.

Fray Javier Palomares, mercedario
Director del SEPVAL