lunes, 30 de abril de 2012

Oficio de Viernes Santo para recordar

¡Hola a todos! Lo mío no es el don de la palabra, ni la escritura. Pero quiero compartir con vosotros que para mi lo que más me gustó y emocionó del Triduo Pascual fue la celebración del viernes santo en la Unidad de Penados. ¡Cómo acudimos todos, tanto internos como voluntarios, a adorar y besar la cruz! En un profundo silencio y con mucho respeto. Algunos y algunas como yo misma con lágrimas en los ojos, pero sabiendo que sólo Dios es el único que nos puede ayudar a llevar nuestra cruz.   
LA PAZ CON VOSOTROS.
Toñi Bautista, voluntaria del SEPVAL

lunes, 16 de abril de 2012

Algo ha cambiado en la prisión en esta Semana Santa

Compartir lo vivido esta Semana Santa, acompañada y acompañando en el Centro Penitenciario, a los internos de la prisión, a sacerdotes de la Pastoral Penitenciaria y voluntarios, es para mí el paso final de estos días. Por eso me atrevo a decir, en este medio, nuevo para mí,  algunas cosas que guardo en mi corazón. 

El Martes Santo, viendo la  película de «Tomás» en un ambiente de silencio que impresionaba, me  vino a la mente una oración: “Señor, ayúdame a mirar con amor, a descubrirte en el silencio, ayúdame a mirar con amor, a ver las cosas, como Tú las ves”. Si, era muy fácil descubrir a Dios presente en ese silencio de más de 100 hermanos, carentes de libertad, totalmente atentos a los sentimientos del Apóstol Tomás, por el cuerpo del Maestro, en medio de sus dudas. Mientras tanto, otra escena, igualmente conmovedora iba ocurriendo en el salón; el Padre Javier, en un discreto lugar iba recibiendo a cuantos querían confesarse, y una siente que su débil fe se hace más fuerte y más agradecida porque Jesús, en los sacerdotes de hoy, continúa haciendo los mismos gestos de amor misericordioso que realizó ante los suyos, y les decía “Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia…”  

El Jueves Santo fue un día tan completo: el Vía Crucis, conmovedor, resonaba por todo el establecimiento penitenciario, y no era menor, pensaba yo, la resonancia que iría teniendo en el corazón de cuantos acompañábamos la procesión o la esperábamos en nuestro módulo correspondiente. Uno de los internos, al contemplar la imagen, fijó sus ojos en los de Jesús y le cantó una saeta ¡era su oración! que escuchamos sobrecogidos. ¡Cuántas cosas habrá dicho ese Jesús despojado y atado a nuestros hermanos que viven entre  rejas!; ¡Imposible olvidarlo, imposible seguir mirando a Jesús doliente sin pedirle la liberación de tantas cosas que atan por fuera y por dentro y nos atan a todos!

Por la tarde, como nos decía el Padre Javier, fue un privilegio celebrar la Eucaristía en esa hora que nos acercaba a la hora de la última Cena de Jesús. Todo fue vivido con intensidad. El gesto de servicio de Jesús y sus palabras “…lavaos también vosotros los pies, unos a los otros” refuerza mi vocación de servicio en el mundo.

El Viernes Santo, una mañana para mirar a Jesús, el justo e inocente maltratado, desecho de los hombres, varón de dolores,  fue Él, el que cargó con los pecados.. todos nosotros andábamos errantes… fue maltratado, pero él se sometió, no abrió la boca, como cordero llevado al matadero…

Así, con la hondura de esta canción, el Padre Javier nos introdujo en la escucha de la Pasión maravillosamente leída por un interno y una interna. Vino la adoración de la Cruz. La escena que contemplé me decía: Dios está aquí, si está actúa y si actúa cambia. Algo  ha  cambiado  en  Picassent  en esta Semana Santa.

DOMINGO DE PASCUA ¡JESÚS  HA   RESUCITADO!  ESTE ES  EL  DÍA  MÁS  FELIZ DE LA HISTORIA.  Una Eucaristía gozosa, Jesús Vive para siempre una NUEVA VIDA.  Fiesta, canción, gozo, súplica a Jesús Resucitado, para que la Eucaristía siga siendo siempre la fuerza que nos ayude a vivir como hombres y mujeres Nuevas.
Hna. Fina Siles, Religiosa Salesiana
Voluntaria del SEPVAL en el programa P.O.P.

Celebraciones en la Unidad de Preventivos

Estas celebraciones se adelantan en el Centro Penitenciario de Valencia.
-                     Viernes 30 de Marzo al atardecer se pudo decorar y ambientar el Salón de actos del área de Preventivos para comenzar con el sábado 31 y con la Bendición de Ramos, LA GRAN SEMANA DE LOS CRISTIANOS, LA SEMANA SANTA, que culminará en el Domingo (sábado, en esta unidad) de la Resurrección.

-                     Sábado 31 - Ramos: Como siempre tendríamos dos sesiones, la primera para hombres. Ya reunidos todos en el Salón de Actos, esperamos la llegada de una Cofradía de Torrent. Su entrada en el Salón al son de las trompetas y tambores nos llevó a un silencio profundo de admiración, devoción y apertura del corazón hacia la celebración que comenzó con cantos adecuados.

La lectura de la Pasión realizada por el Capellán y dos internos nos fue llevando hacia un silencio profundo ante el “misterio del Hombre”, misterio de Jesús y misterio del hombre de hoy crucificado de muchas maneras.

Al final de esa primera Celebración de Ramos sonaron de nuevo las trompetas y tambores de la Cofradía de la Flagelación del Señor como despedida del grupo de hombres y la acogida del nuevo grupo que iba a celebrar también el Domingo de Ramos (como  la gran puerta que se abre para dar paso a las celebraciones de Semana Santa.

Resultó no menos emotiva que la primera celebración. Aquí como el mayor grupo era de mujeres,  fueron dos de ellas las que participaron en la lectura de la Pasión.

El miércoles Santo algunas voluntarias con el Capellán P. Mariano,  pudimos ambientar  en el Salón de Actos, el Altar donde se celebraría la Misa de la Cena del Señor. Se puso todo el interés en preparar dicha Celebración y tanto la Mesa de Altar como los símbolos de la Eucaristía y todo lo necesarios para el Lavatorio de los pies colocados con gran gusto ambientaban el lugar.

Jueves Santo:
Los cantos del Coro, la proyección de imágenes durante la lectura del Evangelio, el lavatorio de los pies realizado en la persona de cuatro internos (tres hombres y una mujer) en representación de los Módulos de preventivos, Cumplimiento, Mujeres y CIS, nos van dando el tono adecuado para entrar de lleno en la Celebración.

Las palabras de Jesús “estoy en medio de vosotros como el que sirve…”, o aquellas otras “si no te lavo los pies no tienes parte conmigo…” y sobre todo el “…tomad y comed, esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros… y “tomad y bebed, esta es mi sangre que será derramada por vosotros…”, tenían una resonancia especial en el corazón

– Amor.
- Servicio.
- Entrega.

Cristo redime, salva, nos acerca al Padre.

Viernes Santo:   
La realización de lo que llamamos “Oficio del Viernes Santo”, tuvo lugar con los grupos de las Celebraciones de los sábados pero con mayor afluencia que de ordinario. Todos, internos y voluntarios conectamos con la celebración litúrgica con los cantos adecuados para el momento, las oraciones, la recitación del Padrenuestro que tiene un sentido especial en la preparación para recibir el pan sagrado ”Cristo” y…, qué decir de la adoración de la cruz realizada con ”el gran Cristo sin cruz” apoyado entre el suelo y la mesa del altar sobre un sudario blanco. Los otros cristos con sus cruces particulares y personales en sus vidas de reclusos se acercan a besar los pies de Cristo  muerto pero que parece querer abrazarles y abrazarnos.

El silencio profundo en ese beso y en esa adoración lo llenaba todo.

Nos despedimos y terminamos las celebraciones de Semana Santa con la esperanza de que la puerta del sepulcro se abrirá y dará paso a la gran luz de la Resurrección que iluminará a cada hombre y mujer de buena voluntad que busque esa luz.
¡Que la luz de la Pascua del señor ilumine siempre a cada uno/a  de  los /las reclusos/as y también de todos/as  los que trabajan y colaboran para ayudar  a que eso sea posible!

Hna. Consuelo Tomás, Hija de la Caridad
Voluntaria del SEPVAL

domingo, 15 de abril de 2012

Pasión en la Pasión de Ntro. Señor Jesucristo

Con respeto me he acercado a la prisión situada en Picassent para celebrar y vivir algunas celebraciones con los internos en esta Semana Santa.

Me ha impresionado profundamente la atención, respeto y devoción con qué se participa en las celebraciones que habitualmente se tienen los domingos, pero en estos días la vivencia ha sido más profunda.
 
Quiero señalar el momento de la Celebración de la Pasión de Jesús del Viernes Santo, el sielencio del salón de actos (donde celebramos los oficios), convertido en lugar sagrado, la seriedad, concentración en recorrer el camino desde el sitio de cada uno hasta el escenario que se traducía en devoción, al encontrarse con la cruz. Sentí emoción cuando vi sus manifestaciones de cercanía, cariño, necesidad de perdón, respeto hacia JESÚS muerto por la liberación de todos.
 
Esta vivencia ha sido una llamada de atención a las respuestas que yo voy dando a JESÚS EN LAS INFINITAS OPORTUNIDADES QUE ME DA CADA DÍA.
 
Gracias por esta experiencia y gracias a tantas personas que han preparado con esmero lugares y liturgia, porque han hecho VIDA para muchos estos días santos. Gracias por poder compartirlo.
 
Hna. Máxima Ortega, religiosa salesiana
Voluntaria del Taller María Auxiliadora y colaboradora del SEPVAL

miércoles, 11 de abril de 2012

¡RESTAURACIÓN!

¡Oh Dios restáuranos/.
Que brille tu rostro y nos salve.
                                 (Salmo 80)
No, no me he equivocado. La RESURRECCIÓN la celebraremos mañana en el Centro Penitenciario de Valencia situado en Picassent, pero ante una invitación, me llena de gozo compartir con otros mi vivencia de la Semana Santa de este Año de Gracia 2012, para mí.
Todos, y no digo las que contamos por decenas nuestros años, hemos recibido a lo largo de nuestra vida golpes, rasguños, tropiezos con heridas, traiciones, incomprensiones, infidelidades… que nos han dejado huella. Tenemos en nuestro cuerpo, y quizás también en el corazón, cicatrices, desconfianzas, DOLOR… Y si queremos vernos bien, sentirnos plenas de paz y ser para los demás el rostro misericordioso de Jesús, no nos queda más remedio que “pasar por el quirófano” (En el mundillo de ahí fuera, en la sociedad hedonista y del relumbrón, esas prácticas nos sorprenden por su efectividad).
Restaurar. Primero descubrir dónde debe incidir el bisturí y después no tener miedo y mucha dosis de esperanza y confianza en el cirujano y su equipo. Es igualmente importante la preparación, el quirófano y la de rehabilitación…
Ha habido etapa larga de preparación con duda, temores e inseguridades… y tiene que venir la rehabilitación… Hoy sólo quiero incidir en los equipos restauradores y en el quirófano.
El equipo ha sido numeroso: yo misma (tienes que sentirte necesitada de restauración y aceptar los medios), personas que me quieren y acompañan, Geles, P. Javier, P. Mariano, Jorge (no es conocido en nuestro ambiente, pero sería una buena adquisición), voluntarios que día a día me sorprendéis y vosotros internos que muchos no me conocéis y que tampoco os conozco… pero que estáis ahí y sois parte importantísima en mi «quirófano de Picassent». Sin vosotros, seguro que habría sido más difícil.
Al principio de mi comunicación he escrito unos versículos del salmo 80:
                  ¡Oh Dios restáuranos/.
                Que brille tu rostro y nos salve.
Dios, Padre-Madre, lleno de misericordia es el cirujano
Todo está a punto. ¿La hora? A veces cuando menos la esperas…
El instrumental para la intervención es inmejorable:
 - Domingo de Ramos donde aclamamos a Jesús como nuestro Rey, la persona más importante para nosotros. La que da sentido a mi ser y a mis opciones en la vida.
- Revivir la Pasión de Jesús en silencio, con algún suspiro entrecortado, nuestros ojos fijos en los fotogramas y brillantes por las lágrimas que queríamos contener, respeto y fervor.
- El lavatorio de los pies, trabajo de siervos, y el beso de quien representaba a Jesús, a vosotros, que queríais ser sus seguidores, sus discípulos, sus apóstoles.
- La oración sentida y profunda por tantas situaciones que queremos que Dios restaure en el mundo, en vuestras familias y amigos, en vosotros mismos.
- El encuentro y diálogo personal con Jesús crucificado de cada uno de nosotros conmovió mis entrañas… Mi mirada, en continua actividad, iba y venía de vuestros ojos a los de Jesús y luego cerrando los míos los convertía en oración y gratitud. No sentía dolor, el cirujano era hábil y el resultado de la restauración lo preveía como un éxito.
Volví a casa y continué en oración mientras “me iba despertando”,  a la espera de encontrarme de nuevo con vosotros para gritar juntos ¡Aleluya, Cristo ha Resucitado! Cristo nos ha salvado y el brillo de su rostro es la antorcha que orienta el camino de mi y nuestra rehabilitación.
Gracias. Os quiero muchísimo.
Hna. Margarita García, religiosa salesiana
Colaboradora del SEPVAL

Mi primera Semana Santa en prisión

Queridos Voluntarios de Pastoral Penitenciaria: es tanto lo que he sentido en ESTE TRIDUO PASCUAL, que si me permitís me gustaría compartirlo con vosotros. Cierto que es el primer año que he podido asistir, pero mi experiencia ha sido del todo emocionante.
El Jueves Santo, cuando llegaron los cofrades del Cabañal del Cristo atado a la Columna, para celebrar el Vía-Crucis, fue impactante, ya que pasando por distintos módulos, cada uno tenía "su aquel", pero cuando llegamos al de mujeres, arrodilladas, enganchadas a las rejas, unas lloraban, otras rezaban, otras cantaban, pues nosotros teníamos un nudo en la garganta difícil de tragar. Le cantaban saetas, se turnaban tanto hombres como mujeres para llevar el anda y procesionarlo por los módulos.
Después en las Celebraciones con los signos del lavatorio de pies, el Pan y el Vino, la Palabra, el silencio y respeto fue digno de que se haga referencia, pues se vivía con ellos intensamente cada momento.
El Viernes Santo cuando vieron que el Sacerdote se postraba en el suelo les chocó muchísimo. Les informamos de su significado y cuando escuchamos el relato de la Pasión, leído por un hombre y una mujer, fue auténtico. Pero ¡ay amigos!, cuando llegó el momento de las peticiones (oración universal) y la adoración a la CRUZ..., creo que en ese momento nos vinieron las lágrimas, no podíamos contenerlas, ellos y ellas pedían con tanto fervor que no sólo conmovían las entrañas de misericordia de Dios Padre, sino también nuestros corazones.
Os aclaro que hemos decorado el salón de actos en tres ocasiones, con lo que encontrábamos. En el momento de lavar los pies no teníamos palangana, pues daba igual, una fuente, improvisación y adelante con el rito que es lo importante. Telas rojas, telas blancas, cirios, velas pequeñas, todo nos hacía papel. Los funcionarios colaborando, los internos también, plantitas de los chinos...
Bueno, con esto quiero decir que hemos colaborado todos y hemos disfrutado. Perdonad si me he extendido, pero cierto es que deseaba compartir todos estos momentos con vosotros y deciros que me he sentido más que nunca IGLESIA. ¡¡FELICES PASCUAS Y GLORIOSA RESURRECCIÓN!!

Isabel Vidal, voluntaria del SEPVAL



Semana Santa en la Unidad de Cumplimiento

DOMINGO DE RAMOS
El padre Javier me invita a contar alguna de las experiencias “vividas el Domingo de Ramos” y aquí me tenéis con un cierto temor y a la vez con ganas de poder compartir lo que en el Domingo me sucedió.

Realmente Nuestro Dios me sorprende cada día más, porque en la prisión todo es distinto, desde el comienzo de la celebración te quedas casi sin palabras porque los internos te enseñan a poder “compartir la fe pero todos juntos… no tienen apuros porque desde su humildad saben que a este Jesús que están alabándole… dentro de poco sus amigos más directos le van a dejar, incluso le negarán.

Estar metida en esta celebración te hace pensar ¿porqué tantas injusticias? ¿porqué no nos queremos y nos ayudamos los unos a los otros?

Dame Señor la valentía de ser testigo en este mundo que me toca vivir y dar la cara por Ti, porque eres “MI BUEN PASTOR”.

JUEVES SANTO
Llegamos a Picassent y enseguida Javier nos pone “EN MARCHA“ del acontecimiento que vamos a celebrar: “Via-crucis; los voluntarios están disponibles para que la celebración se viva “A TOPE”. Es muy importante el que recemos y a la par dar gracias  en todo momento  por lo que nos sucede en el día a día.

Aparecen los músicos con sus instrumentos, los funcionarios, la cofradía del Cabanyal, el Padre Javier, el presidente de la cofradía estaban todos a punto para poder “Acompañar al Cristo atado a la columna”  que cada año está presidiendo la celebración. Pero este año había una ”gran novedad”. Las mujeres se turnaban con los hombres  para llevar a JESÚS, una estación cada uno/a.

Así todo bien dispuesto íbamos pasando por cada módulo de cumplimiento y en cada uno de ellos la reflexión, la oración… las caras de cada uno de ellos eran “sorprendentes” (Hay que vivirlo… sobran las palabras) desde cada uno de su interior, ÉL les decía y seguro que ellos daban sus respuestas con paz, con interioridad, con silencio… era impresionante.

Pero Jesús quería  este año  compartir conmigo este “GRAN  REGALO”: poderlo llevar  (la chica se tenía que marchar y me dice: oye cuando nos toque lo coges tú).

Desde luego me quedé en un momento algo confusa… pero luego dije: ¡QUIERO!

Y desde ese mismo momento me sentí muy feliz, era Él quien me animaba y me consolaba, me tenía en la palma de su mano, de su providencia amorosa, de estar tan cerca de Él. No le decía muchas cosas sólo necesitaba silencio para oírle desde el corazón.

Gracias Jesús por todas las personas que desde el sufrimiento optan por tenerte cerca, por el bien que se hace desde la Pastoral Penitenciaria, que cada día seamos más sensibles y humanos, para poder compartir con los “PREDILECTOS DEL SEÑOR” SU BONDAD Y MISERICORDIA.


ÚLTIMA CENA
En la última cena Jesús ofrece a sus discípulos un gran signo, el servicio humilde. Ponerse a los pies del otro. En el lavatorio de los pies Jesús ofrece para quien quiera vivir esos signos una forma de actuar distinta, otra vida de más exigencia, otro reto en querer compartir desde la vida la actitud que tenemos que tener los unos con los otros. Ha sido una experiencia vivida desde la profundidad, ponerse a los pies del otro te exige mucha humildad y ser consecuente con la vida de este Jesús en el que creo  y comparto.

La celebración tenía el “LISTÓN” muy alto; había que estar muy atenta a lo que se estaba celebrando… no se podía perder nada porque todo era válido… había mucha paz y recogimiento. La Eucaristía no es ningún mandato que hay que cumplir, es el máximo regalo que uno puede recibir.

GRACIAS JESÚS POR TODO LO QUE HACES Y NOS REGALAS.

CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Otro día… otra oportunidad de poder compartir vida, desde el principio se notaba que allí pasaba algo distinto… ”el silencio”, los cantos, la paz que se vivía, se percibía que estábamos en “ONDA CON ESE JESÚS” que se preocupa de todos y nos conoce por nuestros nombres, al amigo fiel que siempre está a tu lado.

Pero lo que más viví y con más intensidad fue el acercarse a Él de forma diferente cada uno como es… fueron momentos en la que una no podrá olvidar tan fácilmente. Había mucho amor compartido… mucho respeto y desde luego una no podía negar por todo lo que allí se vivía, que Él estaba;  consolando, abrazando, disculpando, compartiendo y sin ningún rencor. ESTE ES NUESTRO DIOS, TAN SORPRENDENTE Y TAN CERCANO PRINCIPALMENTE CON LOS MÁS EMPOBRECIDOS; GRACIAS POR LA VIDA COMPARTIDA Y VIVIDA DESDE EL CORAZÓN EN ESTOS DÍAS TAN INTENSOS.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Y llegó el gran día: el día de levantar los ojos apenados por el dolor de la Cruz y sonreír ante la gran paz que el Resucitado nos tenía preparada. Alegría, música de fiesta, coreografías en algunas canciones, un credo potente, gestos, símbolos... todo respiraba a Dios, a vida, a resurrección. Un punto y final maravilloso de los actos de Semana Santa, pero un punto y aparte en nuestro seguimiento del Resucitado.

Hna. Mª de Sales Vidagany, religiosa salesiana
Voluntaria del Taller María Auxiliadora, colaboradora del SEPVAL

martes, 10 de abril de 2012

Defectos y miserias restaurados por Dios

Dios nos dice que nos amemos una y otra vez más. A través de sus Evangelios, Cristo nos ha dejado ver con mucha claridad, que Dios nos tiene un amor extremadamamente incondicional, a pesar de todas nuestras miserias. Este amor es lo más grande que tenemos.

Cuando el sábado por la mañana nos acompañaba la cofradía de la Flagelación del Señor de Torrent a visitar los módulos, fue un momento tan especial e impactante que creo tardaré en olvidar. Comenzaba la Semana Santa en prisión.

Particularmente me siento que estoy llena de defectos, miserias. Pero a la vez noto cómo Dios me restaura, tapa y disimula todas mis pequeñeces. Prueba de ello es que ÉL está dispuesto en todo momento a recibirnos tal y como somos.


Tal vez nunca logre arrancar de mí todas mis asperezas. Me conformo con que me las vaya puliendo poco a poco. Y todo fruto de su amor. Ese amor que celebrando la Misa de la Última Cena, el P. Mariano nos intentaba hacer ver: el gran AMOR que DIOS nos tiene. Él mira con atención cada momento de nuestra vida.

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
Mª Asunción Llorca, voluntaria del SEPVAL

SEMANA SANTA EN LA PRISIÓN

Queridos lectores del blog del Secretariado Diocesano de Pastoral Penitenciaria de Valencia:
vamos a publicar diferentes relatos, crónicas, vivencias, que a lo largo de esta Semana Santa hemos ido teniendo en los diferentes lugares donde hemos celebrado los oficios y otras actividades.

En esta noche de espera (Viernes Santo), de silencio, a falta de vivir la Pascua os puedo adelantar que han sido unos días realmente santos, intensos, llenos de bendición, de mucho respeto, de silencios, de lágrimas y emociones... Y es que en la prisión saben mucho de pasión, de condenas, de sentencias, juicios...

Gracias a todos los voluntarios que con vuestro buen gusto y tiempo habéis decorado las zonas donde celebramos los oficios; gracias porque habéis creado el clima óptimo para vivir, revivir y actualizar estos santos misterios de pasión, muerte y resurrección. Gracias a la Hermandad de la Flagelación del Señor de Torrent que dio el pistoletazo de salida a estos días tan especiales; gracias a la Cofradía del Cristo atado a la columna del Cabanyal que solemnizó nuestro sentido Vía-Crucis. Gracias a los que aún sin pertenecer al Área Religiosa habéis entendido que esta misión es tarea de todos.

Las novedades de este año han sido: en el Vía-Crucis de la Unidad de Cumplimiento salieron cuatro mujeres para llevar al Cristo, turnándose con los hombres. También serán novedad las convivencias pascuales con los internos que están en la Formación Religiosa, en los coros de capellanía y en las Catequesis de Bautismo, Comunión y Confirmación.

P. Javier, O. de M.

sábado, 7 de abril de 2012

El Jueves Santo de los 'cleenex'

El comienzo del triduo pascual en la cárcel de Picassent lo marca la procesión de Jesús Atado a la Columna que, como viene ya siendo costumbre, realiza la cofradía homónima del Cabañal.

Cuando llegamos el otro voluntario y yo, ya bajaban los nazarenos del autobús. El Padre Javier reparte las lecturas de las estaciones y los carteles que las anuncian. Pegamos la primera en la puerta del Área, y nos vamos a nuestro módulo. El siete. No es un buen módulo. El funcionario se quejaba:

- El otro día vino una señora política a visitar la cárcel. La llevaron al área sociocultural y al módulo cuatro... ¡Eso no es la cárcel...!

Había tres funcionarios. Se han mostrado muy colaboradores, y, a nuestro ruego, han acometido unánimes la ardua tarea de buscar a dos lectores. Consensuados los nombres, los llaman. Les explicamos la tarea, y la aceptan gustosos.

- Venga, léelo primero una vez para ti, y luego en voz alta...
- Muy bien, lee despacito ¿Eh?
- Bueno que nos bajamos que tienen que repartir las medicinas.
Y desaparecen.

El otro voluntario le pide al funcionario que quiten los contenedores de basura de la entrada. El funcionario se muestra reticente:

- Si vienen aquí; aquí lo que hay es eso... y eso es lo que hay.
- Bueno, pero como se trata de mejorar... pues así mejora esto un poquito, y además es que si no no van a caber...
Accede, y da la orden.

Durante el compás de espera la conversación es distendida:
- ¿En este módulo hay muchos préstamos?
- Si, claro, hay varios...

Llega el reparto de las medicinas. A alguno hay que llamarlo tres veces, y al final la enfermera ha de dejarle la bolsita con las pastillas al funcionario.

Seguimos la conversación.
¿Y los intereses que se pagan?
¡Uf!, y los pagan las familias... les dicen que se busquen la vida con los de fuera, pero que paguen aquí dentro. No perdonan...

Aparece uno buscando su bolsita de pastillas, totalmente «colocado».
- ¿Y para que va a venir?, si él cree que las drogas que tiene ahí abajo son mejores que estas...

Y todo esto, sin perder de vista el patio. Miran, observan, vigilan, no pierden detalle de lo que pasa abajo... al menos, de lo que está visible.

Ya se oyen los tambores. Están en el módulo de enfrente.
Buscamos a nuestros lectores, repasamos.
No se arremolina mucha gente.

Reparto de metadona. La metadona no entra al módulo, se queda en el pasillo central. Salen a buscarla unas quince personas. En el módulo hay cien. Los nazarenos ya están en nuestra reja.

El que tengo al lado dice:
- ¡Esa es una mujer!
- Son todas mujeres, le digo para sosegarlo.
- ¿Puedo cantar una saeta?
- Sí claro, le pediremos permiso al cura... ¿Te importa que te graben? es que se va a grabar, pero no es para la tele, es para el Arzobispado.
- ¡Ah bien!.

Hacemos la undécima estación. Los lectores, temblorosos, cumplen bien su cometido. El Padre Javier nos bendice con la reliquia de la columna donde flagelaron a Jesús.

El interno se arranca con El Cristo de los Gitanos. Su voz es ronca, honda, aunque quiere hacerlo estilo quejío. Impresiona ver de la profundidad de donde sale. La emoción se nota en las caras.

Suena la corneta. Aquello no es una banda, es una mascletá. A cada zamarrazo, el papel de las lecturas tiembla en mi mano.

- Ves a ver si están puestas las formas y el vino en los cálices. Voy a celebrar la misa arriba...

El escenario está preparado con las sillas para el lavatorio, en semicírculo. En medio hay una mesa bastante grande pero de no más de un palmo de altura. Pienso: no se como va a decir la misa aquí. El vino está puesto, pero no encuentro las formas. Me pongo nervioso. Busco y rebusco, ni siquiera las de repuesto están en la taquilla. Los nazarenos ya están entrando al salón de actos. Le pregunto al Padre Josep, y, por fin aparecen. Empieza la misa, el Padre Javier me dice:

- Falta el misal y el leccionario.

Los traigo, busco las lecturas. Las velas tampoco estaban encendidas.

Comienza el lavatorio. Veo que el Padre Javier llama al otro voluntario. ¿Qué pasará ahora?

Nada, los «apóstoles» con el pie chorreando, y no hay toalla. Les pide pañuelos de celulosa a las voluntarias, y con un par de paquetitos hemos salido del paso. Pero quedará en el archivo de nuestra memoria como «el Jueves Santo de los cleenex».

No me ha extrañado oírle decir en la homilía:
- A mi el Señor cada día me sorprende...

Sin embargo, hemos acabado con bien. El coro ha estado genial. El interno que toca el saxofón lo ha hecho con verdadera unción, el Padre Josep ha cantado y tocado estupendamente, y todo, todo, todo lo ha sublimado el gran regalo de poder comulgar, como el primer Jueves Santo, bajo las dos especies.

Mariano Jiménez