domingo, 10 de marzo de 2013

Vocación, gratitud, oración, respuestas...

La Pastoral Penitenciaria de Valencia cuenta con la riqueza que aportan las diferentes personas que la componen. Entre ellas tenemos: laicos y laicas, religiosos y religiosas, y sacerdotes. Hoy ponemos un testimonio de una religiosa salesiana, Margarita García, a la cual le agradecemos su compromiso y su sinceridad abriendo el corazón para todos los que lean este blog. GRACIAS.


Testimonio de Vida Consagrada en la Parroquia S. Juan Bosco de Torrent  (03/02/13)

Mi nombre es Margarita. Soy Hija de Mª Auxiliadora, salesiana, desde el 5 de agosto de 1964, y pertenezco a la comunidad Laura Vicuña compartiendo vida y misión con otras cuatro hermanas.

Ante la invitación de D. Agustín de compartir con vosotros mi experiencia de fe en la Vida Consagrada, ha podido más el gozo de comunicaros mi felicidad que la timidez, vergüenza o dificultad que tengo para expresarme en público. Por eso leeré.

Nací en 1943 en una familia profundamente cristiana. Por el Bautismo y la vivencia con mis padres y hermanos crecí convencida de que Dios era un Padre (lo de Madre todavía no se decía) Bueno y Providente que proporcionaba a nuestras vidas aquello que necesitábamos para ser felices y buenas personas.

Según me contaron cuando empezó la edad de los “por qué” la cosa se complicó… casi nunca hay explicación para todo, los que sois padres lo sabéis bien. Ante cosas grandes para mí y que no comprendía el “por qué” lo repetía varias veces ya que nada me convencía… y cuando mi padre, sobre todo, creía que la duda quedaba resuelta yo le contestaba: “¡Pues vaya!, no hay derecho, eso no es justo”. No os había dicho que soy una persona que racionalizo mucho, primaria, impulsiva y contestataria. Ahí queda.

El Dios providente, y el gran sacrificio de mis padres, nos trasladó de un pueblo rural de Almería a Valencia. Mi padre maestro en los salesianos y yo alumna de las salesianas en la calle Sagunto. Siete  años en los que por el ambiente, las vivencias, la cercanía de las hermanas y sus invitaciones a la amistad con Jesús hicieron de mi como una esponja abierta a lo que Jesús me iba pidiendo y dispuesta a estrujarme para ayudar a mis compañeras. Al terminar 4º y reválida sentía que el Señor me amaba tanto… que me quería para Él (Era la entrega de María Goretti, pero incruenta). Pedí a mis padres hacerme salesiana y con buen criterio me dijeron que acompañarían este deseo hasta que terminase el Bachiller y mi decisión fuese más juiciosa y madura.

Aunque muy joven, según los criterios de madurez de hoy, durante esos años  creció en mí el deseo de ser toda de Jesús. La misa diaria, un santo director espiritual y la oración mantuvieron vivo el…aquí estoy Señor…

¿Dificultades?... Con 16 años, el cosquilleo de mariposas en el estómago fue un paréntesis… Y Él pudo más, me sedujo con mayor fuerza y terminaron las dudas…” ¿qué quieres que haga?, le pregunté”, y con 17 años marché a Barcelona para iniciar la formación. Mi padre, antes de salir de casa y con toda la familia presente  me bendijo  y entregándome una postal de la Virgen del Pilar me dijo “si en algún momento crees que has equivocado el camino, nos envías esta postal con el mensaje que quieras, nosotros comprenderemos que quieres volver a esta casa que siempre será tuya. Al deshacer mi maleta la rompí.“ Ya había experimentado que “Dios es fiel y no rompe pactos…”, si Él me había llamado… no iba a fallarle yo.

Quizás he sido un poco larga, pero lo que he contado fue mi caldo de cultivo, el humus donde echó raíces la felicidad con que ahora vivo.

Siguieron unos años de estudio, de reflexión, de oración. Conocer el carisma de D. Bosco y de María Mazzarello fue una pasada. Dos personas diferentes pero con una característica en común: abandono total en las manos de Dios para ser signos y expresión de su amor entre los jóvenes, los jóvenes más pobres y abandonados… Iba tomando conciencia…Tú, Margarita, te estás preparando para ser un canal abundante y fluido por donde llegue a la gente la Buena Noticia… ¡Que Dios les ama, que les quiere! Era maravilloso, pero de alto riesgo… Un ejemplo a seguir era la Virgen María del “Hágase y del Magníficat”, la Auxiliadora… que siempre está a mi lado.

Hace poco escuchábamos que Jesús leyó del libro de Isaías.. “Dios me ha ungido para dar la buenaza noticia…” ¿os acordáis…? Yo me preparaba para recoger el testigo de Jesús profesando los consejos evangélicos y viviéndolos con radicalidad. Y este pasaje de Isaías es vital para mí.

El día de mi Consagración, PROFESÉ “seguir a Jesucristo, con la fuerza del Espíritu, vivir con radicalidad las bienaventuranzas del Reino, en comunión con mis hermanas, para participar en la misión salvífica de la Iglesia anunciando a Cristo a los jóvenes, según el Carisma de D. Bosco y María Mazzarello. Para ello hago voto de castidad, pobreza y obediencia…” (Parte del formulario de Profesión).

Seguir a Jesús con radicalidad no es fácil… como cristianos lo sabéis. Si añadís los votos y como yo me definía al principio… para mí,  ni os cuento…

Casta. Mi amor es Dios, porque Él me sedujo, me amó primero… Pero no soy sólo espíritu… Amar a mis hermanas, hacer familia, amar a los jóvenes, a la gente, porque son personas, porque Dios está en ellos. Vivir con ellos, amar lo que aman, reír, llorar y gozar con ellos. Podéis entender que a lo largo de la vida las vivencias son diferentes y por eso en muchas ocasiones he tenido que recordarme desde la oración “que Él es fiel, me sedujo y amó primero”

Pobre. Todo lo que soy, todo lo que tengo no es mío, es para compartirlo. He asumido, el “vado ío” (voy yo) de nuestra primera comunidad de Mornese. Dicho que responde a una actitud de disponibilidad, de subsidiariedad, de poner a disposición de quien me necesite hasta el último aliento de mi vida. Tampoco es fácil. Quizás no intervenga mucho la fe, pero sí el ver en los otros al Dios más indigente y necesitado.

Obediente. Esta es la piedra de toque… Donde los irracionales no tropiezan dos veces, pero que a mi me hace tambalear casi siempre. Dios me habla al espíritu, pero a la carne le hablan sus mediaciones (Superioras, Asambleas, acontecimientos, Iglesia… y la fe es llegar el quid en donde ambas voces están en consonancia. A veces parece imposible. Sin dejar de ser yo, la Margarita a la que no lograba convencer su padre, con otra Margarita que se abandona y dice “Señor, que se haga tu voluntad. Que  con mi aceptación construya Reino.” Y esto con muchas horas de amarga oración, sin luz, en sequedad y a veces soledad. Mi última lucha ha sido sentirme llamada a vivir el carisma entre las privadas de libertad en Picassent  y esperar más de un año para ser enviada.

Ha sido un plus más de gozo y felicidad.

Mis hermanas de comunidad aquí presentes pueden decir que del dicho al hecho va un gran trecho… yo las comprendo porque el seguimiento de Jesús, ser como Él, es utópico, es el ya, pero todavía no…

En estos momentos de mi vida, camino de los 70 años, me encuentro feliz porque me he dejado amar por Dios, por vuestra acogida como torrentina por el hecho de ser salesiana, porque en el Centro Laura Vicuña sigo teniendo jóvenes para amar y educadores con quienes compartir tarea educativa y evangelizadora según nuestro carisma, porque hay pastores como Agustín que dan su vida construyendo reino, por todos vosotros que con cariño me habéis escuchado.

Y si a D. Agustín le parece bien os emplazo a todos para que aquí celebremos juntos, si Dios quiere, mis Bodas de Oro como consagrada en el Instituto de las hijas de Mª Auxiliadora, el próximo año, 2014. Ese día callaré o seré más breve.

Gracias.
 
Hna. Margarita García,
salesiana y voluntaria del SEPVAL

lunes, 4 de marzo de 2013

La renuncia de Benedicto XVI


Todo el mundo está sorprendido, perplejo por el hecho de que el Papa haya renunciado a su ministerio, como si el desapego voluntario del poder fuera a arrancarle la piel a quien de sí lo aleja por propia voluntad. El espanto parece provenir, para quienes en la distancia de la incomprensión lo observan, de que el poder sea adictivo, y que las prebendas constituyan la metonimia de su ejercicio. Sin embargo las palabras se quedan cortas para los que tratan de encontrar un halago que no es más que meramente proyectivo, del subconsciente de los que hablan. Y todo ello, en conjunto, me da la impresión que deja perfectamente incomprendido el acontecimiento histórico que hemos vivido. En realidad, lo que Benedicto XVI ha hecho es otra cosa.

Si el Papa hubiera tenido ansia de poder, todo lo que de él se ha dicho sería válido y comprensible; pero resulta que el Papa solo tenía vocación de servicio, ciertamente una alta vocación y un más alto servicio. Por ello su ministerio nunca se ha acercado, ni se ha rozado con el poder. No hay más que leer sus encíclicas, o el discurso de Ratisbona, o la alocución al Bundestag, o -por hacerlo corto- su catequesis del 30 de Enero de 2013 sobre Dios Padre todopoderoso. Cuando uno lee esos textos llega a la conclusión de que el hombre que aquello escribe está en las antípodas de lo que la gente pueda creer de su persona. Llega a la conclusión de que él tiene muy claro su ministerio, tanto que ni lo ha contaminado, ni lo ha dejado contaminar. Que habla un lenguaje completamente diferente a lo que las crónicas al uso puedan reportar.

A mí, por lo menos, me ha mostrado la antesala de la mística de una forma tan llana, elocuente y precisa, que comprendo el escalón que ha subido sin tener que hablar de renuncias. Por supuesto que ostentaba el mandato de regir la cristiandad, pero no con ánimo de hacerlo suyo. Ni siquiera de detentarlo, sino con intención de servirlo; procurando mejorarlo, consciente de que lo que se recibe se ha de entregar.

Ciertamente que el pastor tiene la cabeza más alta que las ovejas, y por eso ve más, a más distancia, y percibe mejor todo lo que acontece. Un intelectual que tiene su alma fuera de la estratosfera es obvio que no se puede parar en las cosas del siglo, como éste no se ha querido parar.

Son muchos los paralelismos que pueden encontrarse entre su persona y lo que los evangelios relatan. Podríamos llegar incluso a parafrasear a San Pablo con que “no hizo alarde de su categoría de Papa”. No le ha costado quitarse lo que no tenía, aunque todo el mundo pensaba que sí. Su encomiable timidez es fruto inequívoco de una humildad impropia de un intelectual de su talla. No le ha importado que lo suban a la peana más alta que el mundo pueda ofrecer. Él se ha sabido bajar porque no la quería para sí. Otra vez parece que lo retrata San Pablo en el “poseed como si no poseyeseis”. Yo creo que es realmente ascético, pero lo disimula con una sonrisa haciendo caso a su Maestro: “cuando ayunéis perfumad vuestra cabeza...”. Su tono de voz es siempre suplicante, ¿Y cómo puede suplicar quien ejerce todo el poder...?, evidentemente porque no lo ejerce, está a su servicio, que son cosas completamente diferentes.

Las doradas rejas de la curia no lo han aprisionado, ni los oropeles del boato le han constreñido lo más mínimo. Es un cristiano que se siente libre, que siente la libertad de los hijos de Dios, y la ha ejercido. Lo que el Papa ha hecho, es, aunque parezca mentira en nuestro siglo, simplemente un acto de libertad. El problema es que eso solo puede hacerlo quien verdaderamente sea libre, aunque los cronistas al uso no lo vean.

¡Que enorme grandeza!

Mariano Jiménez Ambel
Voluntario del SEPVAL