martes, 4 de octubre de 2011

Contemplar, comprender, ayudar...

Experiencia personal de las salidas terapéuticas con los usuarios del piso de Obra Mercedaria en el mes de agosto

A principio del mes de Agosto, suena el teléfono,  martes,  11 de la noche:
  • ¿Te apetece venir con los chicos del piso de excursión mañana?
  • ¡Perfecto! ¿Qué hay que llevar?
  • Traje de baño, pues iremos en barco y tomaremos el baño.
Con estas premisas quién iba a pensar que acabaríamos en Cofrentes. Alguno de los chicos se trajo hasta el equipo de buceo, pues 'traje de baño y barco'... directamente al mar, jeje. Pues no. Almuerzo, visita al castillo, un relajante paseo en barca por el pantano de Cofrentes, comida esta vez en el restaurante y luego nos 'colamos' en la piscina del balneario, con permiso de uno de sus empleados. ¡Qué sensaciones! ¡Qué primera experiencia, cómo disfrutaron, cuánto hablamos, con qué facilidad nos comunicamos! 



Poco a poco nos fuimos conociendo, y Javier, con cuanto rigor supo organizar esta salida. La incógnita de los espacios a descubrir fue la premisa: nunca sabíamos cuál era el destino de la semana siguiente. 

En esta ocasión nos volvía a esperar el agua como elemento principal de la excursión y cómo no con el calor que estaba haciendo. Si no hay agua se complican las cosas. Esta vez se trataba de las fuentes del Algar, en Callosa D’ensarrià, titular de la denominación de origen del Níspero. Cascadas, túneles, arboledas, agua fría, muy fría, pero qué deleite de paraje. Esta vez se nos unieron a la salida, Geles y su familia, y Pepe y su señora, María. 

¿Qué os puedo contar? Ya sabéis como son todos ellos: la diversión estaba garantizada. Eso sí esta vez Javier nos sorprendió para comer con un Picnic: bocatas, aceitunas, aperitivos, refrescos, incluida nevera, y vaya arte de nevera (un cajón de plástico con ruedas lleno de botellas de agua congelada refrigerando el resto de bebida). Y como siempre, nuevas experiencias a partir de una pequeña convivencia, sin distintivos, sin etiquetas, simplemente personas .

La tercera y última salida, a Segorbe: parque acuático. Bueno, parque… Suficiente, había agua y algunas atracciones acuáticas de las que disfrutamos todos,  incluso el padre Ximo y Mariano, que junto con la familia Arcís (Paco, Pepita, Pepe y María), el padre Javier, Jose, de Algemesi y el que suscribe disfrutamos todo lo que pudimos y más. ¡Qué radiantes y felices se les veía a los chicos! ¡Qué forma más sencilla de compartir, de escucharnos, de hacernos felices unos a los otros! Con una simple salida y un pequeño Picnic, concluimos las salidas de verano.

Y todo esto preguntaréis: ¿para qué? Muy sencillo. Con una sola finalidad: que sepamos disfrutar sin tener que recurrir a cosas innecesarias, a cosas a las cuales no podemos acceder y que simplemente para pasarlo bien, hacen falta, unos buenos amigos, un lugar divertido, atractivo y ganas de estar juntos, de escuchar y que nos escuchen, de ayudar y que nos ayuden, de enseñar y aprender. En definitiva, de querer.

Víctor Aguado, voluntario de Pastoral Penitenciaria
(Enfermería y Despacho del SEPVAL)

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