sábado, 1 de octubre de 2011

Relatos de la Fiesta de Ntra. Sra. de la Merced

Queridos lectores: en estos días iremos publicando diferentes testimonios y crónicas de lo que ha sido la celebración de Ntra. Madre Santísima de la Merced en el Centro Penitenciario de Valencia y el Centro de Inserción Social 'Torre Espioca'. Comenzamos con la experiencia del Coro parroquial de Benifaió que solemnizó la santa Misa que presidió el Sr. Arzobispo de Valencia, D. Carlos Osoro, en un salón de actos abarrotado de la Unidad de Preventivos; así como la Rondalla de la misma población.



FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED EN EL CENTRO PENITENCIARIO DE VALENCIA 2011 
En un intento de desterrar el “nocivo” des-conocimiento que del Centro y sus internos se tiene en las poblaciones limítrofes y haciendo “captación” entre las entidades culturales de Benifayó, “dejamos caer” en el Coro Parroquial y en la Rondalla, la posibilidad de colaborar con la Pastoral Penitenciaria si habían componentes suficientes que voluntariamente quisieran participar actuando en algunos de los actos religiosos y festivos, que con motivo de las diversas celebraciones litúrgicas se celebran en el Centro Penitenciario, como son: Nuestra Señora de la Merced, Navidad, Semana Santa, etc.

Invitamos a la Rondalla de Benifayó a participar tocando y cantando canciones de su repertorio en una ronda por los módulos de preventivos y enfermería con motivo de la fiesta de Nuestra Señora de la Merced, invitación que ha sido mayoritariamente aceptada por la totalidad de sus componentes.

La respuesta del Coro fue de aceptación unánime después de informarles sobre la situación en que “viven” los internos, para centrar el tema sobre la “realidad que se iban a encontrar dentro”. Para ello, se repartió al igual que entre los componentes de la Rondalla, un artículo copiado de la revista ICONO-PERPETUO SOCORRO de enero de 2010 del P. Manolo Matute, titulado “El Salto de la Reja” en el que de entre otras cuestiones sobre la cárcel, el pasaje que más impresión causó fue: 

”Lo que más llama la atención a primera vista y externamente en una cárcel son las rejas, las alambradas y las puertas reforzadas. Esas rejas son las que impiden que salgan los presos y las que nos impiden que entremos los de fuera. Pero realmente hay dos tipos de rejas: las de hierro y las del corazón. Las primeras son evidentes. Las segundas no tanto, aunque no por ello son menos fuertes y efectivas. De las primeras se encarga de custodiarlas la ley; de las segundas se encargan nuestros miedos, prejuicios, ideologías y tantos intereses de todo tipo que nos “cuelan” por las rendijas de nuestra humanidad. 

Las cárceles son parte de nuestra sociedad aunque a veces nos empeñemos en mirar para otra parte. En ellas hay personas que tienen ojos, corazón, sentimientos, sufrimientos, esperanzas, sueños. También son hijos de Dios y hermanos nuestros. 

En la cárcel hay personas y por lo que son, y no solo por lo que han hecho, son dignas de respeto, de comprensión y de búsqueda de medios eficaces para su rehabilitación y refuerzo en lo mejor de ellos mismos. Hay cristianos que viven su fe y la celebran. Muchos seguidores de Jesús a lo largo de la historia han experimentado en carne propia el mundo de la cárcel. 

Está la Iglesia a través de la Pastoral Penitenciaria que intenta hacer presente a Jesucristo y su Evangelio a través de sus agentes y voluntarios como un espacio de liberación y hacer visible el amor incondicional de nuestro Padre Dios por sus hijos más pobres.” 

Una vez aceptado el ofrecimiento del Coro Parroquial, se concretó en que actuaríamos alternativamente con el Coro de Capellanía el sábado 24 en la Santa Misa concelebrada con el Sr. Arzobispo en el salón de actos del área de preventivos, al que accedimos los treinta componentes una vez superados los procedimientos de seguridad reglamentarios, colocándonos detrás de los celebrantes de cara a los asistentes que llenaron el salón casi en su totalidad.

La experiencia ha sido muy positiva, sobretodo al comprobar el ejemplar comportamiento de los internos que asistían y al saber que el porcentaje de participantes en la celebración de la Santa Misa sobrepasa más del doble de asistentes a las celebradas fuera del Centro. 

El domingo 25 por la mañana, después de los procedimientos de rigor para entrar, los trece componentes de la rondalla, previo almuerzo en al bar del Centro, nos dirigimos acompañados por el Padre Ximo y el Padre Mariano a través de la entrada de enfermería a proceder a “rondar” por los pasillos y módulos de preventivos comenzando por los módulos de enfermería encontrándonos impresionados por la calurosa y participativa acogida de los internos que hicieron que desaparecieran si quedaban alguna “precaución” sobre el comportamiento de ellos.

Lástima que no se pudo continuar por el resto de los módulos previstos por una errónea interpretación de la autorización vigente. Así que tuvimos que salir, muy a nuestro pesar, y regresar a casa quedándonos un regusto de lo bueno que hubiera sido el poder recorrer el resto de módulos, pero otra vez será y que no sea muy tarde.

Lo bueno de estas dos “entradas” aparte de la alegría con que han sido recibidas ambas entidades por los internos, lo más importante ha sido que cuarenta y tres vecinos de las poblaciones de Benifayó (40), Almusafes (2) y Alginet (1) han podido comprobar cómo es la realidad del interior del Centro y la labor de los miembros de la Pastoral Penitenciaria y haber desterrado muchos “mitos” que existían entre ellos y podrán informar ante sus allegados esta realidad y la visión cristiana todos los que han participado tanto desde “dentro” como desde “fuera”.

Aparte de esta primera colaboración de ambas entidades con la Pastoral, se han ofrecido para lo sucesivo a colaborar en cuantos actos se les pida de manera desinteresada en el Centro (nuevos voluntarios).

Benifayó, 29 septiembre 2011 

Paco Arcís, Voluntario de Pastoral Penitenciaria
Español para extranjeros (Área de Cumplimiento)

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