martes, 10 de enero de 2012

Villancicos entre rejas

Si algo nos hermana en estas Santas Fiestas de Navidad con los hermanos de América y Portugal es el canto de los villancicos. Parece que estos cantos populares tal como los conocemos hoy surgieron hacia la segunda mitad del siglo XV en las villas (por ello 'villancico' que viene de villano), durante el renacimiento como una evolución de formas musicales populares mucho más antiguas. Estos cantos breves, populares, rústicos, con contenido religioso en su mayor proporción, van relatando el misterio del Nacimiento e Infancia de Jesús; los primeros años del Redentor del mundo.

Algunos son aunténticas obras de arte que en pocas líneas dicen mucho (a modo del Ev. de san Juan). Por ejemplo hay un estribillo que reza: 'Envidia tienen las fuentes del color de su carita divina. Y yo estoy viendo en la frente de mi Dios una corona de espinas. ¡Qué dolor! Una corona de espinas'. La belleza de la composición refleja la profundidad de la fe popular y la 'alta teología' que ven la unidad del recién nacido, el Enmanuel (Dios-con-nosotros), con el Cristo Redentor.

No sólo relatan los misterios de la Infancia del Divino Pastorcillo sinó que los villancicos nos alegran y sirven para felicitarnos y desearnos cosas buenas en estas pascuas santas. 'Feliz Navidad (3), próspero año y felicidad' era el villancico que cerraba el repertorio que durante 3 días hemos ido ofreciendo a muchos módulos. Quince en concreto.

Gracias a un grupo considerable de voluntarios (veteranos y nuevos), junto al grupo de jóvenes universitarios de la UCV y el coro de Capellanía, hemos pasado, en dos mañanas, por 11 módulos de la Unidad de Cumplimiento y una tarde por 4 módulos de la Unidad de Preventivos, cantando villancicos, deseando unas felices fiestas y repartiendo turrón previamente cortado por feligresas de la parroquia Ntra. Sra. del Puig de Valencia.

La rúa de villancicos-alegría-felicidad iba cantando por los pasillos de la prisión. Llegaba a un módulo y entraba al comedor colocándose de tal forma que los internos pudieran ver y escuchar bien. Los señores funcionarios avisaban del acto que se realizaba en el comedor y, libremente, subían los que querían escuchar villancicos o cantar con nosotros. Al principio explicábamos un poco el porqué de ese acto y seguidamente el repertorio de villancicos típicos invitándoles a cantar también a ellos. A mitad de 'concierto' un voluntario o capellán decía unas palabras de aliento y felicidad para los presentes y el resto de voluntarios distribuían turrón que diferentes parroquias y la escolanía de la Mare de Déu, nos han hecho llegar.

Lo cierto es que se formó un grupo compacto. No había distinción entre presos y libertos. La música nos unió, la misión de levantar los ánimos nos hermanó. Fue otro éxito de esta Pastoral que cree y apuesta por la reinserción, las nuevas oportunidades a todos. Cerca de 450 internos escucharon y aplaudieron a los voluntarios y compañeros que les cantaban emocionados, con intensidad, con el corazón.

Gracias a Dios, a los funcionarios, a los voluntarios y a los internos, todo salió según lo previsto sin tener que lamentar ningún incidente. Se pueden hacer pequeños gestos que resultan ser grandes gestas.

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