miércoles, 11 de abril de 2012

Semana Santa en la Unidad de Cumplimiento

DOMINGO DE RAMOS
El padre Javier me invita a contar alguna de las experiencias “vividas el Domingo de Ramos” y aquí me tenéis con un cierto temor y a la vez con ganas de poder compartir lo que en el Domingo me sucedió.

Realmente Nuestro Dios me sorprende cada día más, porque en la prisión todo es distinto, desde el comienzo de la celebración te quedas casi sin palabras porque los internos te enseñan a poder “compartir la fe pero todos juntos… no tienen apuros porque desde su humildad saben que a este Jesús que están alabándole… dentro de poco sus amigos más directos le van a dejar, incluso le negarán.

Estar metida en esta celebración te hace pensar ¿porqué tantas injusticias? ¿porqué no nos queremos y nos ayudamos los unos a los otros?

Dame Señor la valentía de ser testigo en este mundo que me toca vivir y dar la cara por Ti, porque eres “MI BUEN PASTOR”.

JUEVES SANTO
Llegamos a Picassent y enseguida Javier nos pone “EN MARCHA“ del acontecimiento que vamos a celebrar: “Via-crucis; los voluntarios están disponibles para que la celebración se viva “A TOPE”. Es muy importante el que recemos y a la par dar gracias  en todo momento  por lo que nos sucede en el día a día.

Aparecen los músicos con sus instrumentos, los funcionarios, la cofradía del Cabanyal, el Padre Javier, el presidente de la cofradía estaban todos a punto para poder “Acompañar al Cristo atado a la columna”  que cada año está presidiendo la celebración. Pero este año había una ”gran novedad”. Las mujeres se turnaban con los hombres  para llevar a JESÚS, una estación cada uno/a.

Así todo bien dispuesto íbamos pasando por cada módulo de cumplimiento y en cada uno de ellos la reflexión, la oración… las caras de cada uno de ellos eran “sorprendentes” (Hay que vivirlo… sobran las palabras) desde cada uno de su interior, ÉL les decía y seguro que ellos daban sus respuestas con paz, con interioridad, con silencio… era impresionante.

Pero Jesús quería  este año  compartir conmigo este “GRAN  REGALO”: poderlo llevar  (la chica se tenía que marchar y me dice: oye cuando nos toque lo coges tú).

Desde luego me quedé en un momento algo confusa… pero luego dije: ¡QUIERO!

Y desde ese mismo momento me sentí muy feliz, era Él quien me animaba y me consolaba, me tenía en la palma de su mano, de su providencia amorosa, de estar tan cerca de Él. No le decía muchas cosas sólo necesitaba silencio para oírle desde el corazón.

Gracias Jesús por todas las personas que desde el sufrimiento optan por tenerte cerca, por el bien que se hace desde la Pastoral Penitenciaria, que cada día seamos más sensibles y humanos, para poder compartir con los “PREDILECTOS DEL SEÑOR” SU BONDAD Y MISERICORDIA.


ÚLTIMA CENA
En la última cena Jesús ofrece a sus discípulos un gran signo, el servicio humilde. Ponerse a los pies del otro. En el lavatorio de los pies Jesús ofrece para quien quiera vivir esos signos una forma de actuar distinta, otra vida de más exigencia, otro reto en querer compartir desde la vida la actitud que tenemos que tener los unos con los otros. Ha sido una experiencia vivida desde la profundidad, ponerse a los pies del otro te exige mucha humildad y ser consecuente con la vida de este Jesús en el que creo  y comparto.

La celebración tenía el “LISTÓN” muy alto; había que estar muy atenta a lo que se estaba celebrando… no se podía perder nada porque todo era válido… había mucha paz y recogimiento. La Eucaristía no es ningún mandato que hay que cumplir, es el máximo regalo que uno puede recibir.

GRACIAS JESÚS POR TODO LO QUE HACES Y NOS REGALAS.

CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Otro día… otra oportunidad de poder compartir vida, desde el principio se notaba que allí pasaba algo distinto… ”el silencio”, los cantos, la paz que se vivía, se percibía que estábamos en “ONDA CON ESE JESÚS” que se preocupa de todos y nos conoce por nuestros nombres, al amigo fiel que siempre está a tu lado.

Pero lo que más viví y con más intensidad fue el acercarse a Él de forma diferente cada uno como es… fueron momentos en la que una no podrá olvidar tan fácilmente. Había mucho amor compartido… mucho respeto y desde luego una no podía negar por todo lo que allí se vivía, que Él estaba;  consolando, abrazando, disculpando, compartiendo y sin ningún rencor. ESTE ES NUESTRO DIOS, TAN SORPRENDENTE Y TAN CERCANO PRINCIPALMENTE CON LOS MÁS EMPOBRECIDOS; GRACIAS POR LA VIDA COMPARTIDA Y VIVIDA DESDE EL CORAZÓN EN ESTOS DÍAS TAN INTENSOS.

DOMINGO DE RESURRECCIÓN
Y llegó el gran día: el día de levantar los ojos apenados por el dolor de la Cruz y sonreír ante la gran paz que el Resucitado nos tenía preparada. Alegría, música de fiesta, coreografías en algunas canciones, un credo potente, gestos, símbolos... todo respiraba a Dios, a vida, a resurrección. Un punto y final maravilloso de los actos de Semana Santa, pero un punto y aparte en nuestro seguimiento del Resucitado.

Hna. Mª de Sales Vidagany, religiosa salesiana
Voluntaria del Taller María Auxiliadora, colaboradora del SEPVAL

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