martes, 10 de abril de 2012

Defectos y miserias restaurados por Dios

Dios nos dice que nos amemos una y otra vez más. A través de sus Evangelios, Cristo nos ha dejado ver con mucha claridad, que Dios nos tiene un amor extremadamamente incondicional, a pesar de todas nuestras miserias. Este amor es lo más grande que tenemos.

Cuando el sábado por la mañana nos acompañaba la cofradía de la Flagelación del Señor de Torrent a visitar los módulos, fue un momento tan especial e impactante que creo tardaré en olvidar. Comenzaba la Semana Santa en prisión.

Particularmente me siento que estoy llena de defectos, miserias. Pero a la vez noto cómo Dios me restaura, tapa y disimula todas mis pequeñeces. Prueba de ello es que ÉL está dispuesto en todo momento a recibirnos tal y como somos.


Tal vez nunca logre arrancar de mí todas mis asperezas. Me conformo con que me las vaya puliendo poco a poco. Y todo fruto de su amor. Ese amor que celebrando la Misa de la Última Cena, el P. Mariano nos intentaba hacer ver: el gran AMOR que DIOS nos tiene. Él mira con atención cada momento de nuestra vida.

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
Mª Asunción Llorca, voluntaria del SEPVAL

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